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Marca personal, el reto de la autenticidad

Mucho se habla en estos tiempos de la importancia de cuidar, potenciar o crear tu marca personal y es cierto, en un mundo hiperconectado, con tantos profesionales y servicios similares, lo único que puede decantar la balanza a tú favor es que te diferencies del resto, que te perciban y valoren de forma diferente a la competencia. ¿Por qué tú y no otro consultor, economista, abogado, coach, político, etc?, ¿Qué hace que confíen o crean en ti y no en otro profesional?


Ahora bien, todos tenemos una marca personal, entendiéndolo como la percepción que tienen los demás de nosotros, como dice Jeff Bezos “lo que dicen de ti cuando no estás en la sala”, pero cómo conseguir que esa percepción realmente se acerque a quienes somos, lo que podemos y queremos aportar, a nuestra profesionalidad… ese es el reto, no dejar al albur lo que los demás piensan de nosotros, sino trabajar esa imagen para conseguir nuestros objetivos, mejores oportunidades profesionales, conseguir llegar a nuestra audiencia, etc.





El primer paso, probablemente el más importante y que muchos olvidan, es conocer realmente quién eres. Tus fortalezas, con sus luces y sombras, tus valores, qué te importa, qué quieres aportar, qué te apasiona de tu profesión, de la vida. Esos son los cimientos para construir una marca personal sólida, porque sólo nosotros podemos determinar cómo somos percibidos partiendo de este conocimiento. ¿Porqué es fundamental?, porque no puedes comunicar algo de lo que no eres consciente y sólo desde la autenticidad puedes generar confianza, empatía, conexión, reconocimiento y comunidad, que es el núcleo de tu marca. Dejar el personaje, para mostrar quién eres, ya sea profesional o personalmente.

“La gente se va a olvidar de lo que dijiste y lo que hiciste, pero nunca se van a olvidar de cómo los hiciste sentir”. Maya Angelou


Definidos los cimientos, es imprescindible marcar los objetivos, para que den dirección e intención a las estrategias. Tienen que ser medibles, con plazos de ejecución y cuantificables, para esto el modelo SMART nos puede ser de mucha utilidad. Define el “para qué” de tu marca; muestra qué te importa, para que a otros les importe lo que tienes que decir y aportar.


Con esta base, llega el momento de exponerte, de mostrar lo que aportas, tu visión y opinión, lo que te importa, para ello las redes sociales son fundamentales. Hay que definir el público objetivo, el mensaje y contenido a publicar en cada red, según sus características. Es un trabajo que requiere constancia y sobre todo coherencia, algo que sin duda es todo un reto, pero necesario para generar comunidad y reputación.


Como ves la marca personal, no es falsear una imagen o crear un producto que se ajuste a la audiencia, no es darle al público lo que quiere; sino mostrar quién eres y el valor de lo que aportas, tu experiencia y visión del sector donde te desarrollas profesionalmente, donde tu voz y opinión conecta con la audiencia.


Si sabes qué quieres, qué te hace diferente, qué tienes que aportar, estás dispuesto a ser constante en la creación de contenido que muestre tu opinión, tu experiencia y te muestras cómo realmente eres, desde tus valores, conseguirás una marca personal reconocible, que conecte y atraiga a la audiencia que necesitas para conseguir tus objetivos. ¿Aceptas el reto?





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