Generación intergeneracional
- Oriol BG
- 12 ago 2020
- 3 Min. de lectura
Por Ana Torres Damas
Juventud, divino tesoro. ĀæCuĆ”ntas veces habremos escuchado esta frase en boca de nuestros mayores? Y, sin embargo, ĀæcuĆ”ntas otras hemos querido, los jóvenes, tener unos aƱitos mĆ”s de experiencia? TambiĆ©n unas cuantas. Y ahora parece que jóvenes y mayores estĆ©n en confrontación cuando deberĆamos seguir en el camino del acercamiento.
En plena crisis sanitaria, con rebrotes que seƱalan a los jóvenes como principales responsables, y una crisis económica que aplasta el empleo juvenil con los peores datos de la historia, celebramos el DĆa de la Juventud. Ā”Feliz dĆa!
Hoy, 12 de agosto, lo que se busca con esta celebración es promover el papel de los jóvenes como agentes esenciales en los procesos de cambio y generar un espacio de concienciación sobre los retos a los que nos enfrentamos. A los retos que nos enfrentamos los jóvenes y que, no debemos olvidar, son también retos que repercuten en generaciones seniors.
DĆa sĆ dĆa tambiĆ©n, los titulares seƱalan a los jóvenes como el sector de la sociedad que menos consciencia tiene de la gravedad de sus actos en momentos tan delicados. Y, sin embargo, no dejamos de ser uno de los sectores de la población, junto a las personas mayores, mĆ”s afectadas por el impacto de una pandemia global que nos arrasa.
MĆ”s del 50% de desempleados por culpa de la covid-19 son jóvenes menores de 35 aƱos. Los colegios e institutos se pararon en seco, con serias dificultades para llevar a cabo su actividad por su escasa digitalización o por la falta de recursos de muchas familias; lo mismo ocurrió con las universidades, que concluyeron el curso asfixiando a nuestros estudiantes, apretando a los MIR y arrojando una gran incertidumbre sobre el desarrollo del próximo curso y quienes se encontraban de Erasmus no saben aĆŗn si podrĆ”n recuperar el tiempo que perdieron o si tan siquiera los programas seguirĆ”n funcionando el próximo curso; y los contratos temporales y en prĆ”cticas, precarios, a los que acostumbramos los jóvenes en los Ćŗltimos tiempos, se rescinden avocando a una gran incertidumbre a quiĆ©nes cargan en sus hombros el peso de ser el futuro de nuestro paĆs y de Europa. Y aĆŗn asĆ, seguimos adelante.
Los jóvenes somos el futuro de nuestra sociedad, pero tambiĆ©n formamos parte del presente; un presente poco esperanzador, en el que se toman decisiones sin tener en cuenta nuestra voz, y, sin embargo, esa responsabilidad no deja de pesar sobre nuestros hombros. ĀæQuiĆ©n nos ayuda con esta carga? Por otro lado, nuestros mayores, que son el presente y tambiĆ©n aguantan la presión del tener que dejar un buen futuro a las generaciones venideras, lo cual, por supuesto, no les deja indiferente. Sacar adelante este momento ya les estĆ” costando, Āæy quiĆ©n les ayuda a ellos? Es hora de que jóvenes y mayores se sienten a trabajar codo con codo. Nada nuevo, por cierto, ya la cĆ©lebre Greta Thunbergh consiguió con tan sólo 15 aƱos que instituciones de su paĆs y de todo el mundo se hayan sentado a escucharla y firmar compromisos. Si una chica sola consigue algo asĆ, ĀæquĆ© no podemos conseguir si nos unimos muchos jóvenes juntos bajo un mismo paraguas?
Durante la crisis de la covid-19 han surgido iniciativas de todo tipo para ayudarnos los unos a los otros sin diferencia de edad. Plataformas civiles que quieren aportar soluciones y que se les escuche. Una de estas últimas es Talento para el Futuro que, si bien surgieron para dar soluciones a los problemas de los jóvenes, pronto se dieron cuenta de que esos mismos problemas afectan también a nuestros mayores y redirigieron su rumbo hacia la unión de jóvenes y organizaciones de la sociedad civil, bajo un mismo paraguas, para que se escuche su voz en la mesa de la toma de decisiones.
El primer reto que se han planteado en este think tank joven es elaborar un Pacto Intergeneracional, impulsado desde los jóvenes para conseguir un gran acuerdo entre los principales lĆderes, instituciones y organizaciones de nuestro paĆs con el que trabajar en unos objetivos comunes. Lo que viene siendo: poner a jóvenes y mayores a trabajar juntos para dar soluciones a los problemas de todos. Un trabajo que se debe hacer combinando la energĆa de los jóvenes, sus conocimientos actualizados y experiencias con la templanza, solidaridad y valentĆa de la voz de la experiencia, nuestros mayores.
Estas son las iniciativas que necesitamos en EspaƱa y en el resto de Europa si queremos que el oscuro futuro que nos auguran los medios, dĆa tras dĆa, nos arroje una pizca de luz. Un diĆ”logo intergeneracional continuado en el tiempo que, no sólo traiga soluciones puntuales a problemas concretos. Jóvenes y no tan jóvenes nos necesitamos mutuamente y tenemos que procurar que esta relación sea continuada en el tiempo para favorecer el crecimiento de nuestra sociedad en un mundo en el que tenemos que convivir.
